Música en directo, una pantalla gigante, fuegos artificiales, y una salida expectacular, crearon un ambiente 100% deportivo y digno de ver.
Y qué decir del paseo del domingo por Bilbao. El sol nos acompañó durante toda la mañana, nada que ver con la contínua lluvia que nos caía el año pasado, y pudimos tomar bonitas fotos del Guggenheim y de la ría;
y después, comida de pinchos y café con amigos, ¿qué más se puede pedir?
Esperamos poder volver el próximo año y que se nos una más gente a este grupo de corredores nocturnos. R.
Te ha quedado estupendo, a ver si alguien más se anima a escribir cositas.
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